Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

martes, 22 de noviembre de 2011

De profes...





















         Bueno, sí, algún profesor que otro, también cayó entre mis manitas tan deseables, je.

   Ocurrió que cuando estudiaba en la UNI, licenciatura en psicología, a mis 28 añitos maso, tuve un profe que era un divinor, entre otros. Daba Historia del pensamiento Argentino (y no estaba Pacho a cargo, juas).  
 Pero hete aquí, que al muchacho en cuestión, unos añitos mayor que yo, lo había conocido en la época de la secundaria, de hecho, me había encantado desde siempre, y hasta habíamos bailado varios lentos en el club Vasco y Sportiva. Así que cuando nos volvimos a ver, ahora como profesor - alumna, empezamos a recordar aquellos viejos tiempos tan añorados por los dos. Y, obviamente, comenzamos a salir, aunque él residía en La Plata, pero sus padres y hermanos, vivían acá.
  Les advierto que el tipo era un tremendo bombón, castañito, bonito, estilo bien a lo machote, culto, sensible, de buena familia y abogado. ¿Qué más queres, calamares?, juas.

  Bue, la cosa fue que nos la pasábamos yendo a bailar, cenar, fifar y abrir la puerta para ir a jugar. Ahhh, esos eran días, viviendo en un depto sola, libre como el viento, pero embobada mal con este cristiano, realidad, que era mutua.

 Cada mes, él volvía a dar su materia acelerada, (de la licenciatura, eh, je), ya que teníamos muchas horas seguidas de clase, por el convenio realizado con la UNI de allá, y a la vez, también proseguíamos con nuestra relación tan bella…

  Fui una de sus mejores alumnas avanzadas, además de divertirnos tanto durante casi todo el año. Pero resultó ser, que un día, entre chistes y miraditas cómplices delante de la secretaria de la UNI, cuando él se fue, la mina me dijo:

-         ¿Estás saliendo con él?

-         Sí, je, ¿Se nota mucho?


-         Bastante, respondió entre risas…

-         Creo que se nos fue la mano, dije, contenta…


-         Sí, prosiguió con una mirada sospechosa, pero como te conozco y sé que sos buena gente, tengo que comentarte algo

-         ¿Qué?, dije casi desilusionada con anterioridad

-         Gonzalo es casado y tiene dos hijos…

-         ¿Whatttt?, contesté yo, como loca.

  No lo podía creer, encima se lo había preguntado una vez que había ido en mi motito Zanella hasta su casa, y me había respondido que nooooo, ni ahí, mirá si voy a ser casado…. Ergo, empecé a pergeñar mi venganza…

   Por supuesto que a él no le comenté nada. Pero semanas después, cuando debíamos rendir el final, junto a una monografía anexa con toda la materia relatada, le hice una  bien extensa y completita, con todo lo ocurrido entre ambos, tipo una demanda judicial, donde lo acusaba de haber engañado mi entendimiento, moral, buenas costumbres, orgullo, y lo más importante, mis más puros sentimientos amorosos.

   Cuando me vio entrar, me saludó con una cara de enamorado completa, tomó examen oral primero a todo el resto, y a mí me dejó en último lugar, pero también junto a las chicas del aula.  
  Ahhhh, la cara del señor al escucharme leer, se puso de todos los colores, hasta quedar en un tono blanco teta penetrante. Claro que me detuvo al toque, e hizo salir a las demás alumnas, porque si no, el papelón, hubiese sido mundial. Yo seguí hablando como si nada, con una risita irónica de placer entre mis labios, hasta concluir el último párrafo.  
 Él se quedó petrificado delante de mí, tratando de balbucear mil excusas en su defensa, las que obviamente, no fueron lo suficientemente contundentes.  Luego tomó mi libreta de estudiante, me felicitó por la demanda hecha en paralelo, y metió un diez, que fue legitimado con su gancho final, mientras yo salía del aula moviéndole el tujes sobre su persona, con mucha angustia interna, que era disimulada por una plena felicidad expuesta emanando de mi ser, al haberle refregado su hijaputéz, con toda mi alma…

  Meses después, me contó la misma secretaria, que se había separado de la jermu y estaba gordo como un chancho… Pero nunca más nos volvimos a ver… Tomá mierda, me dije, juasssss, Ana C.



4 comentarios:

  1. cuantos amores contrariados anita!!!!!!! jajajjajaj pero siempre salis airosa.una genialidad haber hecho la monografia en base a ustedes juassssssssss como me gustaria haber visto la cara del tipo,me la estoy imaginando, y no puedo parar de reir jajajajajjajaja

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  2. Ja ja, así es, en mi vida, he tenido demasiados amores, de los buenos, y de los otros, por eso ahora ya no quiero más, juassss, besitos, Ana C.

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  3. Como siemrpe divertida y zarpada de diligentness. El final de la historia me remite a un ex, bombonazo él, lomito muy trabajado y un pelazo largo para caerse de orto que también, durante el breve noviazgo me torturó con su locura. Lo dejé a tiempo, y como de tiempo se trata pasó mucho tiempo y lo volví a ver para que me asesorara (es abogado, y de los muy buenos, como todo todo hijo de puta sin principios ni moral) y me encontré con un tipo aún joven (37 años), recontra cagado en guita pero casado por inercia, con la jermu sometida esperando su 6to hijo, gordísimo al mejor estilo mafioso tano y con su misma mirada de boludo embobado por quien para él es "la mina más hermosa que vi y veré en mi vida" (modestamente, yo). Y la mina en cuestión lo fue a ver más leenda que nunca como diría el de Reduce Fat Fast, casa por amor y felíz en su pobreza de laburante. Todo es cuestión de tiempo, todo vuelve, tu profe y mi boga no han sido la excepción.
    Pao "Ladolina"

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  4. Ja ja ja, genial tu historia, Pao, ajaaaaa, estos tipos se lo merecen, encima es verdad, tienen esa cara de boludos natos cuando se disculpan o dicen un piropo, paaabreeess, juasss, besitos corazón, Ana C.

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