Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

jueves, 17 de noviembre de 2011

Novios II...





















         See, sigue la joda, ja. Salí con un chico casi de mi edad, (tres años mayor), vecino de casa, linda parejita hacíamos. Solíamos ir a los carritos del parque, a morfar y a fifar, obvio, juas. Ocurrió que una vez, en la cual estábamos comiendo en uno de ellos, tres de sus amigos aparcaron con su auto al lado del nuestro, y lo empezaron a gastar con la hermanita, quien estaba con su novio en otro carrito del lago, el del coito. Los amigotes le gritaban: Che, Vasco, andá a cuidar a tu hermana que te va a hacer tío, juasss.
    Hasta yo me moría de vergüenza, me imagino él. Ergo, después de pasar el mal trago del lomito y la Coca, y nos fuimos a hacerle la pasada a la hermanita, para controlar sus movimientos y que no quedara preñada de una…

  Pero Dios nos castigó, porque dopo, acudimos a un descampado para hacer la chanchada también, y en el fragor de la lucha, semi desnudos ambos, fuimos  enfocados por la luz de una linterna, proveniente de la cana. Ahhh, eso sí que fue velocidad para taparnos, qué momento de mierda. Obviamente que se la pasaron alumbrándome, debía estar roja como la luz de un telo. Nos hicieron bajar del auto, porque el boludo creo no tenía el registro o algo le faltaba. Los tipos, bien cancheritos, preguntaron algunas cosillas, pero no pasó a mayores, por suerte.
  Desde ahí, no lo hicimos por un tiempo longo, y luego, nos separamos.

     Encima, años después, nos encontramos por el barrio, y los reencuentros siempre traen a colación una cita. Salimos un jueves, todo relindo, dulce, caballero, seductor, quería que volviésemos a ser pareja y demás. Genial, le dije, que lo iba a pensar, pero días después, me enteré que ese sábado siguiente, se había casado con otra, juas. Aysss, lo que carajeé a ese cristiano, por mentiroso de prima. Me dijo que pensaba que yo le iba a decir que no, que por eso no me lo había dicho, por dios.


    Salí con otro, electricista, tres años menor que yo, (raro en mí, ya que siempre me gustaron los mayorcitos), que poseía una motito grossa y vivía en un barrio relindo. La cosa era que el tipo laburaba de mañana, y cuando yo llegaba de dar clase a la tarde, estaba tomando el café con leche y mirando tele como un pelotudo de 10 años, ayssss, ja ja, era para partirle la escoba en la cabeza. 
 Una amiga me decía sobre él: Ahí viene Marce, no puede ni abrir la puerta de tan ocupadas que tiene las manos con víveres para el hogar, por lo tacaño, ajaaaaaaaaa.
  Rico pibe, éramos amigos con toda la familia, siempre la pasábamos festejando. Esa misma amiga me decía también, que mi vieja, andaba chocha con este nuevo novio y con mi vestido de casamiento en el baúl del auto, juasss.

   Una noche, habíamos hecho una fiesta de disfraces genial, en esa casa que alquilaba con pileta. (Entre paréntesis, a él lo disfrazamos de mujer, era una trola de aquellas, juas) Mientras la estábamos pasando bomba, tirándonos al agua vestidos, chupando, riéndonos, bailando, a los vecinos de enfrente (cosa que nos enteramos después), los  estaban afanando. 
  Nos fuimos a dormir a las cuatro de la matina. A los minutos, él me mete un codazo, diciéndome: Boluda, recién te dormís y ya empezás a roncar, juas. Realidad que me hizo  quedar en órbita entresueños, a la vez que a los lejos, se escuchaban gritos y puteadas. Entonces lo volví a despertar para que escuchara. Miramos por la ventana, y había tres patrulleros, la familia en la puerta, y el chorro dentro de uno de los patrulleros puteando y golpeando los vidrios como loco. Rato después, sacaron al esposo de la dueña en silla de ruedas. El ladrón  había entrado por atrás de la casa, atado a la mujer con sus dos hijos y golpeado mal al marido. La señora logró soltarse, buscar un arma, y cagar a balazos al delincuente, pero al esposo le dio un ACV en el acto, y era un hombre joven. 
Fue tremendo, nosotros decíamos, se ve que el chorro estaba esperando que termináramos la fiestita para entrar, nos podía haber tocado a nos también. 
 De ahí en más, quedamos traumados. Yo me peleé con el muchacho a los días, y la familia, hermanos y demás, se alternaban para venir a dormir a casa por el pánico, ja.

     Luego salí con el primo de él, hermano de la esposa de un médico amigo de mi viejo, a quien conocí en su propia casa, ja. Todo iba OK, salvo que con las horas, me di cuenta que el susodicho, tenía algunos problemitas mentales. Fue cuando se despertó riéndose a carcajadas de madrugada solo, como un loquito de aquellos del staff de  la película “Psicosis”…  
  Me costó sacarlo de casa, por el tema familiar y de él en persona, pero bueno, fui bastante diplomática por primera vez en la vida, ja. Eso sí, la desinhibición de los loquitos al hacer el amor, les hace tener un sexo para alquilar balcones, juasss.

   Salí con otro, en el lapso de la pelea con una pareja fija, que se llegó a victimizar tanto para que no lo rajara, que fue peor aún. Muy buen mozo también. Hasta que un día, en el que se vio venir mi patada en el tujes, fue al baño y se lastimó las encías, para aparecer con sangre sobre sus labios. Ahhhh, primero me asusté, pero luego le dije, volá de acá, andá a vivir a la guardia del hospital, perlotudo, juas. Lo que más me dolió, fue que se quedó con una bufanda rasca que le había prestado, pero de un color verde esmeralda, que nunca más pude conseguir.


    Con otro, el obsesivo de marpla, un divinor igual que quise mucho, una vez me llamó por teléfono para decirme algo con mucha seriedad. Yo me puse toda circunspecta por tal situación, pensando, ¿Se querrá casar o darme el premio a la mujer del año? juas, pero no, me dijo: Tengo un problemita, que siempre lo hago solo, pero lo quería compartir con vos, hacerlo juntos… Yo seguía en las nubes de Úbeda, imaginando qué mierda querría. Y él siguió: Puedo ir a la tarde noche para que me ayudes a teñirme el pelo, llevo todo para hacerlo. Juassssss, fue lo primero que le respondí, más luego, agregué: ¿Y para eso tanto quilombo, pelotudo? ja ja ja. Y así lo hicimos, lo ayudé a teñirse los pocos cabellos que le quedaban, eso sí, nos morimos tanto de risa, porque parecía Cucho, el cantante de los Auténticos Decadentes, con los pelos blancos en el mientras tanto, que casi nos descompusimos de las carcajadas.
 Por dios, algunos tipos son tan particulares, que se convierten en llanos, ja ja.


  Aysss, los hombres, por eso desde hace rato estoy solita y sin ningún tipo de apuros, feliz de no compartir nada con nadie, como buena hija única egoísta, ja, disfrutando de mi casa, patio, control remoto, compu, fono y demás menesteres que me gané con el sudor de mi frente.

  Porque nunca, pero nunca jamás, acepté un peso de un caballero, faltaba más, mi libertad y dignidad, no se compran ni se venden al mejor postor de pacotilla, se mantienen erguidas de orgullo por la vida. Que conste en actas, carajos, ja ja, Ana C.



8 comentarios:

  1. jajajajaja anita alias COGOTE ajajajja me haces reir tanto porque te imagino y en cuanto a las otras historias ,a quien no le ha tocado un loco pesado que no sabes como sacarlo de encima jaajajaj

    ResponderEliminar
  2. Juasssssss, totalmente, siempre hay uno,por diosss, besitos, Lau, Ana C.

    ResponderEliminar
  3. Dos cosas: es verdad que los loquitos y loquitas son mejores en la cama. Si es muy normal por ahí es medio reprimido. La otra: me mata el tipo que se teñía en secreto, como si fuera un mambo rejodido,jaaa. Muy divertido, como siempre. Abrazo, Anita!

    ResponderEliminar
  4. Ja ja ja, tal cual, aguanten los loquitos juassssss. Y sí, hay cada uno que me pide cada cosa, mire... ja ja, besotes y gracias, Ana C.

    ResponderEliminar
  5. Esta autobiografía no está aprobada por el Vaticano, me parece...lástima no haberla tenido de vecina...
    Atte/

    ResponderEliminar
  6. Ajaaaaaaa, sin dudas que no, Jorge, ja ja ja, por dios, y no sabe todo lo que tengo por contar todavía, juas, besitos, Ana C.

    ResponderEliminar
  7. Sigo sorprendida por el desparpajo al narrar tu vida. TODA TU VIDA. Es impresionante. Me imagino intentando contar una milésima parte de la mía. Ni sometida a tortura sería capaz. Por eso el éxito está reservado a las personas que, como vos, pueden poner en papel retazos de la vida. Maravilloso.
    Labellucci

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias, es algo que me brota solo, juro que no me da vergüenza, ja ja, o me estaré poniendo vieja chota juasss, besitos, Yo.

    ResponderEliminar