Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

jueves, 15 de diciembre de 2011

Un tropezón no es caída…













     Tendría unos 28 añitos, ya hacía un año que me había ido a vivir sola a un local - loft en miniatura con entrepiso de madera, a pocas cuadras de la casa de mis viejos, je. Estudiaba Licenciatura en psicología y hacía jingles, pero no tenía un mango: TV grande antiguo blanco y negro, sin fono; de celular, ni hablar, pero eso sí, con un gusto bárbaro por la decoración con cosas que tenía, salvo en las cortinas aún, donde había puesto bolsas de arpillera para tapar toda la vidriera.
 La pasaba lindo igual, mucho estudio en la semana, pero los findes, y a veces antes, nos íbamos en moto a bailar con una amiga al lugar más top, y de ahí, a un club de cuarta de un rioba, para así tener amplitud térmica de los hombres y de la cruda realidad.
 Salíamos vestiditas pipí cucú, pero con diarios debajo del pecho por el frío que tomábamos, imagínense en invierno en moto, era mortal, ahora moriría con solo pensarlo, ja. Ahhh, sí, sí, tuve cantantes melódicos que me dedicaban sus temas y morían por mí, y yo, por ellos, en el lugar más choto; y también, tipos de guita y de los otros, pero divertidos, en el boliche de onda, además de sus dueños, ja ja.

  Al sitio del barrio dejamos de ir cuando en las noticias vimos que habían acuchillado a uno a la salida, juas, ahí se nos fueron todas las ganas… Al otro, seguimos yendo por varios años, combinándolo con pubs.
 Una noche de lluvia torrencial, se nos quedó la moto a mitad de camino, estábamos pasadas por agua, y fuimos a un mecánico que nos solucionó el tema, pero fue imposible volver, las calles estaban demasiado inundadas. Igual, siempre encontrábamos un caballero conocido, Bahía es chico, para llevarnos a casa, obvio que ellos querían llevarnos al telo, pero bue, todo no se puede, ja ja.

  En esa época tenía dos motitos de poca cilindrada, una Hondita Express (más ligera) y una Pumita.
 Aquella vez, serían tipo las 10 hs PM de un bello verano, estaba sola y se me ocurrió ir a dar una vuelta para comprar galletitas Pepitos… Fui a un quiosco cercano, y cuando volvía, bajo el influjo de una inmensa luna llena, alcancé a decir: ¡Qué hermosa noche…!, y aceleré a mitad de cuadra, luego, ya no recordé más nada. 
  Desperté en la guardia del hospital público, nuevamente, je (pero fue con anterioridad a mi operación ya relatada), con esos camisolines blancos que se cierran detrás como chalecos de fuerza para locos que les ponen a todos, con mis viejos al lado. Según ellos, no dejaba de repetir dónde estaba  y cómo estaba mi perro, realidad que noté, cuando mi madre, después de 345, me dijo: Otra vez me preguntas lo mismo, estas en el hospital, juassssssssss.

  La cosa fue que después de ver esa lunita tan bella, le metí al acelerador a fondo, y al doblar en la esquina, a una cuadra de casa, agarré una mancha de aceite, se me patinó la moto, y me caí dando con la cabeza en el asfalto… (Sí, no se usaba casco en ese entonces, y ahora ya saben la razón de mi locura, juas). En esa misma esquina donde pasaban varias líneas de colectivos, los cuales me podrían haber pasado por encima tranquilamente. Así que me retuvieron la moto los del mercadito de la esquina, y los vecinos, la mayoría conocidos, todos amontonados a mi alrededor, no podían creer como había quedado con una pata debajo de la moto, como el Sargento Cabral, mientras la minifalda la tenía de sombrero y el marolo lleno de sangre, diciendo: No veo nada, no puedo verrrrr. Se cagaron todos hasta las patas, ja, y juro que relato lo que me contaron, ergo, llamaron a la ambulancia y me llevaron al hospital. Mientras tanto, los putos de los enfermeros de la ambulancia, me afanaron la plata de mi cartera y las galletitas Pepitos, eso no se hace, juas.
 
   Obviamente, tuve conmoción cerebral, me dieron como 17 puntos, y tuvieron que pedirle autorización a mi viejo, doc. también, para rebanarme un cacho de piel que había quedado chanfle y colgando, digamos juas.  
  A mis padres los habían llamado por fono desde la guardia, diciéndoles que yo había tenido un accidente, casi se desmayan, mi viejo que laburó toda la vida en ese mismo hospital, de los nervios, no sabía cómo ni cómo ir, ja. Y cuando llegaron al hospital, dicen que mis gritos se escuchaban desde la puerta de entrada, bah, mis puteadas mortales: Me cago en Diossssss, hijos de putaaaa, por qué me hacen estoooooo, delincuentes, ja ja ja, siempre delicadita. A mi papá, los que me cocían le dijeron: Qué educadita la nena, juasssssss.

  En fin, a las cinco de la matina, la puta de la enfermera, me despertó para que fuera a bañarme, solaaaa. Yo estaba idiota total, más, y me fui puteando again, agarrándome el camisolín de atrás para que no se me viera el orto, hasta la ducha, y casi me desmayo por el camino, nunca entendí por qué me obligaron a eso, fue de terror.
   Y bue, luego tuve que hacer mucho reposo, varios meses, estaba blanca mal, me iban a visitar mis amigos y compañeros de la UNI a la casa de mis viejos, y me miraban como diciendo, esta mina se nos va de una, juas, ni caminar podía… Obviamente, tampoco pude jugar al paddle, tenía un torneo ya pactado con amigos en el club, ni  a la bolita, je…
 Los médicos me dijeron que alguna vez, quizás podría recordar algo, pero pasaron los años, y jamás, recordé nada…

  Los puntos me los sacó tiempo después mi viejo, donde también grité mucho, fueron redolorosos. Y siempre me quedó como una percepción rara en ese mismo lugar del tajo, a la izquierda, arriba y atrás, vaya a saber uno las zonas que tocó semejante golpe.
 O sea, me salvé de culo, así que sigo tocando maderita por las dudas, juassssss, Ana C.



7 comentarios:

  1. jajajajjaja anita me hiciste acordar al tipo de Y CANDELA?

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  2. Hola Ana yo la única vez que estuve internado fue cuando la hija de mil de mi domestica me empujo por la escaleras , yo no recuerdo nada pero mi mama dice que vomite al medico desde la cabeza hasta los pies , el pobre tenia que ir a una reunión importantisima y estaba en traje no me paso nada , pero mi mama y hermana afirman que podría ser el origen de mi estupidez hasta hora no hize nada para desmentirlas asi que es como decis vos vaya saber que zonas afecto semajante golpe. Ana como siempre es un placer seguirte.Saludos.Carlos Alberto(karlicarlitos)

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  3. Ja ja ja, seee, Lau, estoy como y la moto y Candela? juassss

    Carlos, qué turra la niñera, y al doc, le cagaste la reunión y la cena juasssss

    Gracias a los dosssss, Ana C.

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  4. A vos sola te pasan esas cosas, me maté de la risa jajaa
    Abrazo!

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  5. Hay Anetta, "La inmortal", experiencia de mierda si las hay! Suerte que vivís para contarla.
    Pao "Ladolina"

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  6. Ja ja, Juli, de no creer lo que pasé, pero así fue, besitos

    Pao, juas, toy vivita y culeando, juasss, besos varios, y gracias a las dos, Ana C.

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  7. Mirá que permitirte andar en moto... era de imaginar que te la ibas a poner de sombrero... Como siempre, de una historia chiquita, un relato enormemente ilustrado. Me encanta leer tus historias y anécdotas. No te mueras nunca!!!
    Labellucci

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