Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

viernes, 23 de diciembre de 2011

Aysss, las Navidades...












     Ahhh, aquella sí que fue una fiesta Navideña. Hará unos cinco añitos, en la casa de los parientes de una amiga. Éramos como treinta personas, contando también a mi ex amante, su ex esposa y actual pareja (ahora ya ex)…, junto a sus hijos varios, una joyita todo.  Regalos para acá, regalos para allá, de tíos, tía abuela, otros amigos, conocidos y demás deudos, a los que algunos ni habíamos visto en la vida, pero teníamos algunos paquetitos guardados por las dudas.
   Obviamente morfamos y chupamos como lechones. Yo había llegado ya empujada por extraños, porque me había quedado sin batería al toque, cosa que también tuvieron que hacer los invitados a la vuelta, ja.

    Estábamos en lo mejor de la cena, cuando apareció Papá Noel con su bolsa repleta de paquetes al hombro, mientras los chiquitos lloraban como locos de miedo y los adultos gritábamos de la misma forma, al unísono. (Recordé cuando de adolescente fui disfrazada también de Papá Noel a la casa del hermano de otra amiga, con quien había salido, y a los hijos y primitos, este ex les decía: Vayan a tocarle el culo al barbudo de colorado, ja ja, otro degenerado…)

  En fin, la tía abuela era una divina total, cuando destaparon el champagne, el corcho cayó sobre mi persona, y ella fue la que dijo,: Ahhh, vos este año te vas a casar por buena gente… (Ja, igual le erró y mucho)

    La cosa fue que al final de la cena, ya en pedo y brindando a lo loco, había que llevar a esta tía abuela, de cómo 90 años, y obviamente, medicada, a su casa. La señora tenía una silueta flaquita, diminuta de tamaño, muy agradable, simpática y súper lúcida para su edad, aunque con los achaques correspondientes, claro. Entonces todos los comensales se pusieron en fila para saludarla, y luego, casi como en una puja del mejor postor, intercambiaron frases de compromiso, para ver quién la levantaba de la silla y dejaba en su destino final. Hasta que mi ex, con todo desparpajo y como si stoda su puta vida se hubiese dedicado a levantar señoras mayores, dijo: Déjenme a mí, yo sé como hacerlo…
  Ergo, todos nos quedamos muditos y observándolo, con sumo respeto por su voz de autoridad, a la vez que él la agarraba de las manos y levantaba de una fuertemente hacia su cuerpo. Por dios, no se quedó con las muñecas en sus manitas, de casualidad. Yo casi me desmayo de los nervios, como todos los que estábamos ahí mirando. Luego le acerca el bastón, mientras la toma del brazo, y sigue diciendo: Ays, tía, lo que agarraste no es el bastón, es otra cosa, está bien que me bañabas desnudo de chico, pero bueno, ya estoy crecidito para esas cosas, juasssssssssss. Yo estaba justo tomando sidra y escupí todo sobre la mesa, junto al resto de la gente que no paraba de reírse a carcajadas.  No se podía creer, fue tan gracioso, que la pobre señora no sabía si reírse o llorar, ja ja ja.
  
   Todo fue más que divertido y alegórico. Eso sí, llegué como por un tubo hasta mi hogar, nuevamente rempujada con el coche, junto a todas esas manitas locas que me hicieron el favor de obsequiar otra “Noche Buena”, ja ja, Ana C.

3 comentarios:

  1. Linda Navidad! Felices Fiestas y el mejor deseo para el año que comienza. Un gusto haber compartido con vos diferentes momentos por twitter, un placer leer tus historias. Chin, chin!
    Labellucci

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  2. Gracias, corazón, lo mismo para vos y los tuyos, beso grandote, y toda la felicidad

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  3. Muy bueno lo que escribís.
    Amén de meteoritos, Ovnis, vientos del joraca, parece que también la gente por ahí tiene cosas buenas...jajajajajaj.
    Felicitaciones.
    Te invito a ver mi blog personal
    http://danieleugeniopena.blogspot.com
    A las perdidas, se me conecta alguna neurona. Sería bueno que me caiga un meteorito en la cabeza para terminar de conectarlas?
    Abrazo fraterno

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