Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

jueves, 6 de octubre de 2011

De amores...






   Sucedió vía Internet. El tipo había salido del chat, como el primer adelantado Don Pedo de Mendoza, de los levanta minas, cuando la que subscribe, era una insipiente ingresante a estos menesteres. Hubo feeling de inmediato. Él, separado, buen mozo, culto, divertido, con horas de chateo sobre sus espaldas. Yo, bueno, ustedes, ya me conocen, je.
  La cosa fue que nos fuimos enganchando con el correr de los días, hasta casi tener una relación de “noviazgo permanente”. Compartíamos todo, nos acostábamos juntos hablando por MSN y despertábamos ilusionados, a la espera de un futuro encuentro, el que se produciría en breve, ya que Daniel vendría para mi cumpleaños. Pero, en el mientras tanto, (faltaban 3 meses), nos seguiríamos conociendo como personas pensantes y “enamoradas”… Tenía tres hijos del anterior matrimonio, (con una farmacéutica de la provincia), quienes vivían con él, en capital. Solía contarme de su pasado, de los chicos y sus ocupaciones, teníamos un diálogo sólido y bello. Vivíamos pensando el uno en el otro, suspendidos por encima de esa tierra, llamada suelo, que los demás mortales, suelen pisar…
 En algunas oportunidades, hasta  me había llamado vía telefónica. Era un idilio tan inmenso y hermoso, como para recordar por siempre.
 Pero, claro, lo que al conquistador, después de varios meses de charlas, se le olvidó hacer, fue bloquear su número. Ergo, el “anónimo” que solía aparecer en el identificador de llamadas, ese aparatito inescrupuloso y delator, aquel día negro, dejó registrada su data en cifras, la que obviamente, guardé…
  Semanas después de mimosos diálogos, horas antes del “Día de los enamorados”,  y de una noche profunda de “amor” vía Messenger, el hombre desapareció por completo, de los lugares donde solía frecuentar. Preocupada, bombardeé, delicadamente, sus casillas de mails y demás zonas aledañas a su persona, pero nada obtuve. Ya casi al borde del delirio, por miedo a que le hubiese ocurrido algo, recordé su número telefónico agendado, y lo llamé. Mis dedos temblorosos, comenzaron a marcar las cifras, para luego aguardar, nerviosa, hasta que una voz femenina, atendió:

-         Hola…, Atónita, casi muda, intenté esbozar alguna palabra, entre guturales básicos, diciendo:

-         Hola, ¿Está Daniel?
-         No, ¿Quién le habla?
-         Ana…
-         ¿Qué Ana?
-         Una amiga del sur…
-         Ah, Ana, dijo la mujer, ya sé quién sos…

Yo creí que el Universo caía con todo el peso de su gravedad sobre mi persona:

-         ¿Sí…?
-         Sí, la que se pasa los días y noches hablando con mi marido…
-         ¿Vos sos la farmacéutica?, dije sorprendida, ¿Entonces, no estaban separados?
-         No, para nada, vivimos juntos desde siempre

 El silencio nos invadió por completo. En ese instante, ambas sentimos como la cruel verdad nos atravesaba la vida cual daga filosa y punzante:

-         Además, siguió ella, Daniel tuvo un infarto y está internado…

 El peor de los días seguía gestándose dentro de mi mente. Mientras el deseo y el odio danzaban al unísono entre los pensamientos más horrendos y reprimidos:

-         ¿Y cómo está?
-         Estable, ahora justo lo iba a ver…

 Entonces le pedí las disculpas del caso, aunque el mentiroso había sido él, y nos despedimos, rumiando entre las dos, un: Ya lo vamos a hacer mierda a este mal nacido del carajo…

  Pasados unos días, lo volví a llamar al celular. Todavía estaba en el hospital, pero su voz, además del padecimiento por la enfermedad, tenía instalado un aborrecimiento desde las entrañas hacia a mí, digno de escuchar. Le dije lo que le quería decir, y me cortó…

  Después de varios meses, nuevamente, apareció en mi línea telefónica. Ya atrás había quedado todo ese encanto de compartir hasta lo más ínfimo de nuestras vidas y la espera ansiosa de verlo para mi cumpleaños. Ahora, la que tenía una rabia visceral, era yo.
Él intentó remar la situación por los acantilados más profundos de todas las costas del planeta, pero ya no quería más nada con ese sujeto tan nefasto. Luego, cada cual siguió su destino sin vernos las caras…

  Claro que con el tiempo nos volvimos a encontrar, ahora en persona, con un viaje mío a capital. Pude saber, que por lo acaecido, la mujer realmente lo había dejado y que había tenido dos infartos más. Me recriminó su separación, relatándome entretelones con su ex esposa más que graciosos, y ya con un tono relajado, nos contamos todo lo ocurrido en ese entonces e hicimos amigos incondicionales.
 Lo bauticé: “El infartado”, para mis amigas y para la posteridad de aquellos hombres tan descerebrados que no se cansan de mentir con su situación marital. Ya están creciditos para tanto pelotudeo existencial. Háganse cargo. "Yo te avisé, mi amor, yo te avisé…", Ana C.


13 comentarios:

  1. Por Diossssss que historiaaaaa, si supieras..., tengo tantas de este tipo..., pero están prohibidas jajajajajajaja, jamás diré una puta palabra, me costaría la cabeza jajajajajajaja, gracias por compartir estas viviencias negri, te quieroooooooooooooooooooooooooo

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  2. Los amores anónimos vía Web son eso, anónimos, cuando dejan de serlo son delito de ilusiones...
    Atte/

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  3. Juasssss, Jose, quiero saberlassss ja ja ja. Esta historia tuvo de todo, alegría, amor, sexo, odio y amistad ja ja, de locos, besitos y gracias.

    Gracias, Jorge, es verdad lo que decís, je, tremendos, pero igual, lindos integrantes de nuestras vidas, un saludo

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  4. Anita te cuento todo pero si lo publicás te mato jajajajajajajajajaja está en juego mi integridad física y sentimental jajajajajajajajaja, por Dios, si me habré mandado ca..... jajajajajajajaja, besotessssssss

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  5. Ajaaaaaa, pero si no lo escribo, es como cuando te fifas al mejor, y no podes contárselo a tus amigas, ajaaaaaa

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  6. es genial esta historia,que locos que estan algunos tipos,ja

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  7. Ja ja, y te juro que es real 100%, juasss, besitos

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  8. uno sabe de antemano como es esto; como cuando empiezan las pregunta por ejemplo : "como estas vestida"? y te dicen un Babydoll y una micro bonbachita de seda , y verdaderamente están con un bombachon de algodón como los de mi abuela, y un camisón manchado de café !!! por eso se sabe , uno agarra viaje o no ! no es mentira son la reglas de la Web , Bsos

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  9. Ja ja, es verdad, pero acá no hubo eso, si no, frontalidad absoluta desde un vamos, bueno, evidentemente, no había sido total juas, saludos

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  10. Delito de ilusiones... me gustó esa definición. Buena historia, aleccionadora, sobre todo. Lo máximo, lo peor, un final donde todo se acomada en su medida y a la realidad. Lindo, muy lindo.
    Labellucci

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  11. Ja ja, sí, amigos por siempre, ja ja, raro, pero me suele pasar, un besito

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  12. Todavía no saben lo que significa tener el número de teléfono de ellos. Llamarlos hasta que se nos caiga el dedo jajaj!!!
    @cascabelazul

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  13. Ajaaaaa, tal cual, se ve que se le pasó, paaabreee, juas, besitos

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