Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

martes, 11 de octubre de 2011

De educandos...







(Ésta, es mi verdadera escuela Nº 3)




       De niña, solía odiar los claustros educativos, mal llamados escuelas. Eran como una especie de cárceles de estudio conformadas por paredones altos y antiguos, corredores fríos, patios desamparados y aulas herméticas.
Lo demostraba todo el tiempo con frases y con hechos, al escaparme casi cotidianamente de allí, ya que vivía a cuadra y media del lugar.  
  Pero cuando más me afectaba, era en esas fiestas escolares tan pedorras, donde nos hacían disfrazar de cualquier esquema crónico nacional o internacional, que a las maestras les significara algo. Y sin ningún tipo de idea original, copiaban y armaban el colmo de la imbecilidad hecha escena, donde uno debía seguir sus locuras, sin emitir palabra alguna. 
Bueno, yo era de las que no lo hacía, me revelaba a ser tan lineal, ergo, mi imaginación volaba por las alturas de los techos, hasta que algún educador, me bajaba de un estruendoso grito, al piso. Ya desde ese entonces, mi interior más profundo, quería saber de qué se trataba la cosa…

  Lo peor de todo era, que cada vez que me escapaba de la escuela, mi vieja me volvía a llevar, puteando a diestra y siniestra a las autoridades, por ni siquiera haberse dado cuenta, y eso que rompía las gónadas seguido… Y tenía razón, ¿Cómo admitir que un chico saliese del lugar? podría pasarle cualquier cosa.
   
   En fin, resultó ser que ese día tenía que actuar de chinita gauchesca, cosa que aborrecía, además, el teatro, no era lo mío. Ni siquiera recordaba la letra a decir, porque jamás pude grabar en mí, lo que no me interesaba.
   Después de lagrimeos varios y de que me hicieran un vestido acorde largo hasta los pies, a la boluda que subscribe, no le quedó otra que subir al escenario, portando un pañuelito de seda al tono y dos trenzas ridículas que finalizaban en dos moños sobre la cintura. A mi lado, un negrito mazamorrero teñido con corcho quemado, dialogaba con el prócer de la época que ya ni recuerdo, mientras diversos niños alegóricos, quienes aún deben estar maldiciendo tal suceso, revoloteaban en escena con frases telúricas casi célebres y notas del Pericón, mal tocadas, de fondo. Entonces balbuceé lo que pude, mientras la maestra desesperada, me soplaba desde un costado. Pero resultó ser, que la estimada señorita, me dictó para el tujes, y al darme cuenta que no era la letra pactada, me quedé mudita mal delante de todo el mundo, para luego darme vuelta mirándola con odio, y salir corriendo del estrado, entre gritos y llantos. Solo pude escuchar, a lo lejos, voces abucheando y maestras pidiéndome que regresara, pero rajé de allí, y no paré hasta llegar a casa…
  
   Como era de esperar, minutos más tarde, mamita querida, regresó conmigo a cuestas tomada de un brazo, para restituirme a esa misma “fiesta patria” que tanto odiaba. Por suerte, se encontraban en la ardua tarea de intentar morfar pastelitos y empanadas calientes, cosa que me hizo soportar un poco más, tanta mediocridad humana en plena involución…
  
   Pero ustedes, chicos, no hagan esto en sus escuelas… Estudiar lo que uno ama desde el alma, es lo mejor que nos puede ocurrir en esta larga e intrincada vida, Ana C.





9 comentarios:

  1. Niña terrible...que suerte que le proporcionara tantas anécdotas a su madre,todavía hoy las debe estar contando...
    Atte/

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  2. Ja ja, pobre madre mía, soy hija única, imaginate. Falleció hace un año largo, pero sí, se reía mucho con mis anécdotas terribles ja, un besito y gracias, se te extrañaba

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  3. Es verdad, que te hagan hacer un papel en las fiestas de la escuela cuando a uno no le gusta es de terror.Me pasaba igual, todavía debo estar roja de vergüenza jajaa
    Besos

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  4. Ahhh, espero q los cientos de niños q pasaron por mis veleidades de Spielberg fato en casa, no tengan el mismo recuerdo de su participación en mis elaborados y amados actos escolares. Pero te escapabas de la escuela!!! Imaginate los medios hoy con una niña en fuga desde su escuela a su casa...!!! Se harían un festín con los restos de la maestra y directora. Como siempre, sabrosas tus anécdotas.
    Labellucci

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  5. Ja ja, tal cual, Julieta, era de terror juas, besitos

    ¿Te imaginas ahora? juasssss, y varias veces me escapé, prefería la educación en casa, que era rebuena juas, besitos y gracias

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  6. Te cuento uno mìo..ingreso en un colegio ingles..algunos dìas despues de iniciadas las clases..al entrar al aula un pibe me pone el pie..con lo que termino en el suelo caliente como leche hervida...mi hombria incipiente no podìa permitir semejante afrenta con lo que pretendo acomodarle un piñazo a quien me provocara..consecuencia final..regla de ese colegio en aquella epoca..ambos caballeritos en un ring de box y con guantes acomodaban sus diferenciaas...debo decirte que Marcelo,mi rival,fue durante el transcurso de los 4 años en ese colegio uno de mis mejores amigos.-

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  7. Ja ja ja, suele pasar eso, más, en los colegios. Uno sufre mucho, pero después, lo recuerda por siempre, un saludo y gracias

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  8. AYS A MI ME ENCANTABAN ESAS FIESTAS Y ACTOS Y SIEMPRE QUERIA PARTICIPAR RECITAR ME ANOTABA EN TODO JAJAJAJAJAJ TE IMAGINO LLORANDO Y CORRIENDO HASTA TU CASA JAJAJAJA BESIS ( PORQUE PUSISTE ESE PAJARITO QUE NOS ACOMPAÑA EN LA LECTURA?)

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  9. Ja ja, a muchos les gustaba, yo, odiaba la escuela en general juas. Me gustó el pájaro, aunque joda juasssssss, besitos

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