Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

sábado, 15 de octubre de 2011

Mis perris...








(No subí las fotos de los otros dos, porque no tengo scanner)



     En estos momentos, tengo cuatro perros de la calle, pero he llegado a tener ocho, a la vez…


        A Mordisca y su hermanita, ambas de meses, las encontré corriendo en medio de la ruta, literalmente, debajo de los camiones, cuando iba al trabajo. Las espanté todo lo que pude hacia el centro del campo, fui a dar clase, y dije: si cuando vuelvo están, me las llevo.
  Eso hice, previo a comprarles carne picada y dárselas, mientras ella, me mordía hasta los dedos del hambre. A la hermanita, pude darla en adopción, a una familia vecina y responsable.
  Ahora, Mordisca, ya es una veterana de 14 años, que ha pasado por varias operaciones de tumores malignos, pero que se las banca como pocas. Fue una de las privilegiadas en morder dos veces a mi veterinario por la espalda, ya que al revisarla, le apretó tan fuerte las mamas, que no se lo olvidó nunca. Y les juro que su odio hacia él, continúa y con ganas…


     Pepito era el rey del barrio. Dormía como El Chavo, en un barril, con diarios y mantitas, que le había preparado, junto a otra perrita de la calle. Pero cuando a ésta la envenenaron, pasó a ser de mi troup de perris.
   Claro que muy atrás había quedado aquel machito patotero que corría autos, motos y bicis, ahora es un cajetilla de aquellos, de también, catorce añitos, que duerme al lado de la estufa y come los mejores manjares…


     A Lolita Pop la vi cerca de la estación de servicio. Era una cachorrita perfecta, absolutamente negra. Cuando bajé a cargar nafta, dos cuadras después, ella estaba ahí, llorisqueando a mi lado. Sin dudas, era el destino.
 Le pregunté a todo el mundo si la conocían, y respondieron, que hacía varios días que andaba llorando por allí.
  Al volver a mirar, se encontraba sentadita, apoyada sobre la pierna de un tipo, en la parada del colectivo. Me causó tanta gracia, que la subí al auto, y me la traje a casa.
  Meses más tarde, me enteré que la habían dejado porque tenía moquillo y del fuerte. Hice lo imposible para salvarla, inyecciones normales y de las otras, que en la segunda tanda, le dieron convulsiones y casi se muere. Pedí, recé, hasta le cambié a Dios un año mío por su vida, y parece que dio resultado, porque acá la tengo, más loca que nunca…


    Sandokan estaba en la misma ruta que Mordisquita. Yo volvía de caminar, cuando este grandote divino apareció de la nada, completamente embarrado, saliendo de una alcantarilla en la banquina. Desde allí empezó a seguirme por todo el recorrido, hasta llegar a mi domicilio. Lo hice pasar, pero como ya tenía siete perros en ese entonces, de día, alternaba la libertad del patio con los otros canes, y de noche, lo hacía dormir dentro del auto, al que le destrozo en breve, tapizados, alfombritas y palanca de cambio.
  No paraba de romper todo lo que se le cruzaba a su paso, como el caño de agua, una noche, donde tuve que llamar de urgencia a un operario amigo, porque ante el ruido, pensé que era el caño del gas, y temí que explotara todo por los aires.
  Ergo, necesité buscarle un lugar transitorio, porque a pesar que era un encanto de perro, yo ya no podía más con los ocho juntos. Así que le pedí a mi mamá que me lo tuviera un tiempo. A ella le costó acceder, ya era una señora grande, pero luego aceptó. Y según sus propias palabras, fue el amor de su vida, hasta lo dejaba dormir en la cama, cosa que con ningún otro perro, había hecho.
  Cuando iba a visitarlos, Sandokan me agasajaba como si fuera una invitada, trayéndome del cajón de la mesita de luz, las cosas más insólitas: caramelos, chocolates y hasta supositorios…

  Pasó un año de idilio viviendo con ella, hasta que mi vieja tuvo un ACV y la internamos. Entonces permaneció solito varios días en la casa, mientras alternábamos con una amiga, para darle de comer.

  Después de nueve meses tremendos en mi vida, donde tres de mis perros fueron falleciendo de viejitos, y luego, mi madre también lo hizo, creí que ya era momento de traerlo a casa, pues solo me restaban, cuatro perritos más. 
 Eso hice, al principio, con miedo de que se pelearan. Pero Sandokan, se los fue comprando a todos, salvo a Pepito, con el que no se quieren nada...

   Resultó ser, que tanto Mordisquita, como Lolita Pop, (ambas vírgenes), se enamoraron del mismo macho, y él, de las dos hembras. Así que un rato jugaba con una, y luego, con la otra. Les robaba los huesos que ellas habían escondido, continuaba sus posos - túneles, etc…

   Hasta ahí, todo era genial, los veía galopar en el patio, revolcarse por el pasto, morderse de mentirita y dormir juntos, como en una película de Disney.

  Pero una tarde-noche, al escuchar gritos, corrí hacia ellos, y, hete aquí, que el divertimento lúdico, se había transformado, en un entretenimiento porno, ya que Sandokan y la jovata Mordisquita, estaban abotonados uno encima del otro.  
 Imagínense mi asombro, pensé que veía visiones, además él es gigante, y ella, diminuta, la llevaba como a una carretilla…

  Bue, la cosa fue que, la boluda, o sea, yo, se puso en cuclillas y los acarició como quince minutos, para calmarlos, hasta que se soltaron, y allí, todo volvió a la normalidad (la que nunca había sido muy "normal"). Me sentía en el canal Venus de los animales. El que me viera, sin dudas diría, que estaba de la nuca mal, y tendría razón…
 
   Días después de observarlos corretear por el verde prado de mi patio, aquella misma imagen se volvió a repetir, pero ahora, con Lolita Pop. No lo podía creer, otra vez abotonados, y encima, con otra…
 Casi resignada, intenté separarlos en espacios distintos, pero en dos minutos, la ardua tarea de desvirgar perras de Sandokan, era lograda y con todo éxito. Así que los mismos episodios se fueran propagando como un eco ensordecedor, entre una y otra, hasta que opté no calentarme más.

   Luego llegaron las brisas de calma. Ahhh, cuando esto ocurrió, volvió a reinar la paz en casa. Todo era bello, tranqui, como una eterna cámara lenta sin estruendos ni gritos…

  Pero aquella tranquilidad, duró demasiado poco, y a los días de pasado el celo de Mordisca, le volvió a suceder otro, realidad rara, pero que puede ocurrir, y me tocó a mí, fui la afortunada de tener todos los números del bingo. 
Nuevamente tuve que soportar los alaridos de ella y las montadas de Sandokan. Con la suerte, que aún agradezco de rodillas, que ninguna de las dos, quedó preñada…
  Entre nos, creo que Mordisquita es con la que mejor se lleva, hasta la deja comer del mismo plato. De ahí en más, la bauticé: Señora de Sandokan, y Lolita Pop, quedó relegada al mote de: su fiel amante…

  Ahora, Lolita, se ha hecho más que amiga de Pepito. Se ve que en esta casa, las pendejas quieren a los jovatos, y viceversa…


   Sin lugar a dudas, siempre adoraré a todos los perros que he tenido. Pero Sandokan, se ha hecho querer tanto, que somos inseparables, además de su valor intrínseco, por ese eterno amor que entablaron junto a mi madre…, Ana C.


  (En memoria de mis últimos perritos fallecidos: Dionisio de San Patricio, Bombón, Francisca y Sarnita. QEPD)



15 comentarios:

  1. El amor incondicional, la mirada franca, la dulzura en los ojitos, los pelos en la alfombra, como se extrañan cdo uno no los tiene y como chillamos cdo hacen pipi y popo por doquier. SE LOS AMA. BUEN RECONOCIMIENTO ANA CECILIA a NUESTROS AMIGOS!!,q no piden ni exigen nada, solo dan cariño a cabio de una rascadita en la cabeza.

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  2. La conexción con los perros, solo es comprendida por el que tiene o ha tenido perros. Tengo dos collies y una siamesa, eran imcompatibles hasta que las eduqué para la convivencia, marido e hijo me ayudaron.
    Son cariñosas y obedientes mientras no llueva, les gusta embarrarse. Dan mucho trabajo pero si las tengo es para tenerlas bien, comparto el amor por ellas con la familia.

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  3. Sin lugar a dudas, es un amor incondicional, que no cambiaría por nada en el mundo. Muchas gracias.

    Sí, Anadebur, para tenerlos, como corresponde, son familia, los amo, un besito, Ana C.

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  4. DULCE SANDOKAN Y TROLA MORDISQUITA SON LO MAS!!!!!Yo soy igual ,el amor que siento por los perros es inusual eso me dicen para mi es normal,mañana dia de la madre son los unicos que me van a festejar (no tengo hijos,claro)asi que hare un asado y lo compartire con ellos como todo lo que comparto ,cama, sillon ,estufas y aire acondicionado ,jajajaj son mis socios pero no ponen un peso besos anita tqm

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  5. Ja ja, tal cual, lo bueno es que todavía podes comprar asado juassss, besotes corazón

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  6. QUE TERNURA!!!SI,SON LO MAS! AUNQUE VIVEN POCO Y LA PÉRDIDA ES TERRIBLE,VOY A SUPERAR LA MÍA Y PRONTO LLEGARÁ UN AMIGUITO NUEVO PARA MALCRIAR!!!POR AHORA ME CONFORMO CON LOS CIRCUNSTANCIALES QUE TENGO EN LA FACULTAD!!!SON DE TODOS COMO FERNANDO!!MUY BUENO TU RELATO DESPIERTA TERNURA Y ALEGRÍA DE COMPARTIR CON ELLOS!!!

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  7. Graciasss, es verdad, los adoro a todos, nos miramos en la calle, y ya sabemos todo. Un besito, Ana C.

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  8. Hay gente que si no tiene problemas los sale a buscar. Pero.... pero.... también hay de los otros, de los que te emocionan y arrancan una sonrisa y, a veces, una lágrima. Y tu relato mueve a las dos cosas, al menos a mi.
    Beso Anita

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  9. Gracias, sos muy amable, y una suerte que hayas sentido ambas sensaciones, así lo escribí, un besito, Ana C.

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  10. Es genial Ana. Muchas cosas de tu relato me pasaron y no tengo más animales porque estoy muchas horas fuera de casa. Tengo 2 perros y 3 canarios, la casa siempre está llena de ruidos pero son geniales. Besos

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  11. Ja ja, así es, son lo mejor que nos puede pasar, un besito y gracias

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  12. Me muero de amor con tus perros y tus historias, es realmente un placer leer este blog. Muchas veces me siento identificada con tus historias, también tengo a Pancho que encontré en Navidad del 2006 y me cambió la vida.
    Besos y gracias!!

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  13. Muchas gracias, sos muy amable, poné tu nombre tb al firmar, así sé quién sos, je, un besito, los perris, son lo más, Ana C.

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  14. Con las historias de tus perros paso de la risa al llanto. Sos como Sandrini! Y lo mejor es que viví los amores de tus perros en vivo y en directo. Me acuerdo y me río. Mi viejo siempre decía, "desconfiale a la gente que maltrata o rechaza a los animales, desconfiale". Ese Sandokan es un capo. Me encantan estas vivencias.
    Labellucci

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  15. Ja ja, es como tener dibujos animados constantes con estos perris ja ja ja, son tremendos juas. Gracias por tus palabras, un beso grande, Ana C.

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