Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

miércoles, 12 de octubre de 2011

Vecinos amistosos...








         En ese entonces, vivía en la planta baja de un edificio de 4 pisos, frente a una plaza, junto a tres perros que llevaba a pasear con amigos y sus canes, todos los días. Lo pasábamos genial, y ellos también, corriendo, tirándose unos encima de los otros, como si se conocieran de siempre.
    La vida transcurría apaciblemente, a la mañana estudiaba, y en la tarde noche, nos encontrábamos allí, para distendernos.

    En el departamento contiguo al mío, vivía una señora mayor con su hijo híper dominado, al que le decíamos Hood Robin, antihéroe por naturaleza. Del otro lado, departamento por medio, un matrimonio e hijo, envidiosos básicos, con un perrito diminuto cajetilla. Él era visitador médico, ella, una pobre tilinga con ansias de ser alguien en la vida, sin logro alguno. El cuarto piso del edificio, lo habitaba un profesor de inglés, desestructurado como pocos, (al estilo Gasalla), que nos hacía morir de risa con sus ocurrencias.  
  Todos apuntábamos a este matrimonio, por la eterna levedad reinante de sus almas y la mala onda nata que emanaban.

     Resultó ser, que la esposa del visitador médico en cuestión, se había ido de viaje, y este pobre infeliz, no tuvo mejor idea que intentar levantarme. Ese día, al asomar mi cabellera suelta por la ventana, se apareció, así, de la nada, obsequiándome una flor chota e invitándome a tomar algo. Obvio que mi respuesta fue una negativa total de entre mis labios, la que al señor, se ve que no le cayó nada bien. Pero tomó aún peor mis dichos, cuando días después de que su señora esposa regresara del tour, nos cruzamos en la plaza, mientras su perrito en miniatura se trenzaba con uno de los míos y ella gritaba como una loca histérica:

-         Sacame este perro de acá, aysssssss, sácalo, ahhhhhhhh, o te las vas a ver conmigo…

   Yo la miré con una risa irónica, mientras me acercaba lentamente, saboreando las palabras a decir, sacaba mi perro del suyo, y le susurraba:

-         Aysss, pobre negrita mazamorrera, encima de loca, cornuda… (Cabe aclarar, que la tipa era de un color oscurito tirando a pardo, y también, cornuda, ja)

    La duquesa negroide del rioba me miró con un odio ancestral, a la vez que me insultaba modulando su boca, sin emitir palabra, y yo reía a carcajadas.

     Luego seguí con la normalidad de mi vida, (bue, tratando de que así fuese), y al anochecer, nos volvimos a juntar chicos y perros en los bancos de la plaza. Pero esta vez, con una sorpresa, más que inesperada.   
   Cuando estábamos sentados frente al depto de esta gentuza, el marido abrió la puerta de calle, más que calentito, en camiseta y con un revolver en la mano, para sentarse al lado de su mujer en el marco de la ventana, y empezarnos a amenazar:

- Los voy a cagar a todos a balazos, decía el energúmeno mental…

   Nosotros nos quedamos mirándolos sin entender nada, (o entendiéndolo todo), pálidos e inmutables, mientras el tipo seguía puteándonos en todos los idiomas y colores. La cuota de humor la dio el profe de inglés, cuando se asomó por su ventana haciéndonos muecas y señas, de lo que estaba ocurriendo, a la vez que, todas las luces de los departamentos, se apagaron al unísono, como si hubiesen estado de acuerdo, para poder chusmear.
  A esas alturas, ya habíamos entrado en un pánico de aquellos, e imagínense yo, que vivía al lado de esta gente…
  La cuestión fue, que les pedí a los chicos que se quedaran hasta la madrugada para acompañarme, y por supuesto, el matrimonio infeliz, también se quedó velando nuestras paupérrimas almas, frente a la puerta de su casa…

     A la mañana siguiente, y por varios meses seguidos, el tipo se dedicó a entrar al departamento lindero al mío, sin habitar, prender la radio con el noticiero más pedorro y volumen más alto, e irse a trabajar. Les juro que hasta me tuve que comprar auriculares y tapones para oídos, fue una tortura tremenda de todos los santos días, hasta los fines de semana.

    Pero eso no fue todo, el falto de seso, también se tomó el trabajo de juntar un montón de firmas de los vecinos en nuestra contra y de los perros, sacar fotos, etc., amén de denunciarnos con la policía.
   Así que fuimos visitados por un patrullero que nos dejó la citación, y tuvimos que ir a declarar a la comisaría, volver a tocar el maldito pianito, no sin antes, llamar a uno de los mejores abogados (con quien había salido alguna vez), para saber qué hacer, en ese crucial momento, literalmente, de mierda, donde los canas nos mostraban como prueba, las fotos ampliadas de los soretes de los perros en la plaza. No saben lo que fue ver esa escatología viva en semejantes tamaños, una tragicomedia de la mediocridad pura, aunque les faltó un cartelito con los nombres, entre defeque y defeque, realidad que les argumenté, señalando que hasta podrían haber sido de ellos mismos…


       Luego de un tiempo de paz y amor, de seguir divirtiéndome entre amigos y perros, cuchicheando sobre tal episodio que había marcado al barrio, nos enteramos que la parejita del año se había separado, y que la chiruza en cuestión, andaba llorando por los rincones de la city, como un alma en pena de color, digna de total olvido… Y así ocurrió, Ana C.





11 comentarios:

  1. Parece un sainete de los años 20 jajaa Hay gente que tiene cero convivencia..
    Beso

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  2. Ja ja, y fue real, tremenda, un besito y gracias

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  3. Ah, qué buen final. Lástima que el señor en cuestión no terminó preso, hubiera sido completo. Siempre hay gente que no vive ni deja vivir.
    Labellucci

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  4. Ja ja, tal cual, faltó la frutillita de la torta, juas, besitos y gracias

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  5. cuanto loco suelto por diosssssssssssss,lo hubieses denunciado!!! si a vos te visito la yuta por un tereso del rope a el por estar con el arma lo deberian meter en cana minimo ,jajjaja pero como siempre me diverti con tu estilo de contar las cosas besos

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  6. Es que en el momento, nos cagamos todos, si lo denunciaba, a lo mejor, nos cagaba en serio de un tiro ja ja. Un besito. Crucifiqué al pájaro de twitter a la derecha juasssssssss

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  7. lo del pajarito lo hiciste vos? jajajajja sos mala pobre pichoncito

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  8. Ajaaaaa, nooo, lo encontré por internet, y puse otro en mi avatar ja ja

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  9. Muy buena narrativa, felicitaciones.

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  10. Muchas gracias, bienvenido a mi nuevo blog, saludos, Ana C.

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  11. Hay Anetta... Te das cuenta los desmanes que provocaron tus curvas latinas acompañadas de la negativa ante la vomitiva flor del vomitivo vecino? Realmente cada edificio es un juntadero de historias que oscilan entre lo gracioso y lo patético. Tu caso no fue la excepción! LINDO LEERTE!!!
    Pao "ladolina"

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