Ojito...

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No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

viernes, 23 de septiembre de 2011

Crítica de “La escafandra y la mariposa”



Crítica de “La escafandra y la mariposa” (Dirigida por Julián Schnabel)


Indudablemente, uno nunca podría anhelar oníricamente algo doloroso para su vida, o al menos no dejaríamos que tal idea se apoderara conscientemente de nosotros, (ya que sería el reverso de todo pensamiento lógico).


Jean – Do (Matheu Amalric), quien padece un episodio cerebro vascular y queda imposibilitado casi totalmente, salvo por el movimiento de su ojo izquierdo, es ayudado a salir de esa "escafandra corporal" desde varios flancos. Si bien la trama de este film parece haber sido reconstituida desde las partes de un inmenso iceberg conformado por los médicos, terapeutas y allegados a Jean – Do y por sus personajes interiores, quienes reviven la plusvalía de ese todo Universal que habita en cada una de las mentes. El protagonista llegará a disociarse para prolongar sus realizaciones inconclusas en esos mismos restos diurnos que originan a los sueños, y así concretar el poderío de las letras y de las frases que luego serán su propia memoria y libertad plasmadas en un libro.
Evidentemente no suele haber una sola lectura de la vida, y hasta podríamos saberla bella en lo grotesco del dolor, haciéndose y rehaciéndose en ese horizonte tridimensional de cada unidad imaginaria, de cada espacio y cada “insignificante” parpadeo… Jean – Do deja entonces toda vanidad pasada para conquistarnos desde una mirada interna y poetizada; trepa; desea; se convierte; sufre; nos narra un temporal de sensaciones intimistas e inadvertidas por la mayoría de los otros, donde sólo ese "Dios" originario que llevamos dentro, sabrá dilucidar en el espacio – tiempo.
Sin embargo, “tal muerte” existencial que convive bajo la rigidez del cuerpo podría ser el primer paso para apoderarnos de ese inmenso y lejano escenario del más allá o la piedra originaria que habita en la profunda negrura de nuestro propio ocaso.
Que cada cual opte entonces por la liberación que más le plazca. Ana C.


http://www.laescafandraylamariposa.es/



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