Ojito...

Ojito...

No dejen de mirar esas caritas de los niños, ahora ya adultos, por Dios...

viernes, 23 de septiembre de 2011

Negro de soles...






Negro de soles



Todo calla. La soledad es un espacio de ausencia que agoniza bajo el misterio de las almas. Afuera, la ciudad conspira azulada de estrellas tejiendo antiguos resabios, mientras la noche se agazapa tras el espejo del tiempo...





Me esfumo. El silencio se hunde en ese estanque de tu ausencia como un fantasma del miedo, mientras la tierra aprisiona el cortejo de huellas que labra el olvido




Ahora todo se disipa en un cantar de labios. Mi boca aprisiona tu boca bajo esa esfera del tiempo que se redime en besos. Entonces naufragas el tormento divino de saberte mío; resucitas; me acallas con una lengua de estaño que navega entrañas, indivisa marea de aquietadas aguas... Ana C.

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